Las Vegas, la ciudad que nunca duerme, ha trascendido su fama de capital del juego para convertirse en un vibrante epicentro culinario a nivel mundial. Más allá de los rutilantes casinos y espectáculos, la urbe alberga hoy una constelación de restaurantes que desafían las expectativas y seducen a los paladares más exigentes. Si buscas una experiencia gastronómica que eleve tu viaje o simplemente anhelas una comida que quede grabada en tu memoria, estos 11 establecimientos en Las Vegas prometen deleitarte con una originalidad que bien podría considerarse otro tipo de «premio gordo».
1. Bazaar Meat
El visionario chef José Andrés redefinió el concepto de asador con Bazaar Meat, un auténtico santuario para los amantes de la carne. Sus cocinas abiertas son un escenario donde las llamas danzan y transforman cortes de primera en obras de arte comestibles, utilizando técnicas que cautivan la vista y el paladar.
La carta ofrece sorpresas como el delicado «nube de foie gras» y mini sándwiches de cochinillo que combinan audacia con refinamiento. Los comensales elogian la exquisita textura del jamón ibérico cortado a mano y la perfección de un ribeye madurado en sal, que se disuelve en el paladar con cada bocado.
El diseño del espacio, con detalles inspirados en la naturaleza y opulentos candelabros, genera una atmósfera tan distintiva como la propuesta culinaria. No olvides guardar espacio para los postres, que exploran el fascinante cruce entre lo dulce y lo salado.
2. Osteria Fiorella
Desde Filadelfia, el célebre chef Marc Vetri traslada su pasión por la pasta a Las Vegas con Osteria Fiorella, ubicado en el Red Rock Casino. Este establecimiento rinde homenaje a la cocina rústica italiana en un entorno acogedor, donde las pastas caseras se coronan como las protagonistas indiscutibles.
Los ravioles de espinaca con ricotta flotan en el paladar como un sueño, mientras que las pizzas cocinadas al horno de leña, con sus bordes carbonizados y coberturas de temporada, son simplemente sublimes. El formato de porciones generosas invita a compartir, ideal para disfrutar en compañía.
Muchos aseguran que su panna cotta de frutos rojos es una revelación, superando cualquier expectativa. El servicio, siempre atento y la vibra relajada del lugar, ofrecen un respiro necesario del dinamismo habitual de Las Vegas.
3. Herbs & Rye
Escondido lejos del frenesí del Strip, Herbs & Rye evoca una atmósfera de club clandestino de los años 20, con sus acabados en madera oscura y una carta de cocteles que es un viaje por la historia de la mixología. Los expertos bartenders, con su atuendo clásico, preparan Sazeracs y Manhattans con una maestría digna de admiración.
La oferta gastronómica compite en excelencia con la barra, destacando sus cortes de carne, preferidos por chefs locales tras su jornada. La promoción de “media hora de filete” durante su hora feliz es legendaria y genera filas anticipadas.
Nectaly Mendoza, su propietario, ha cultivado más que un restaurante: un punto de encuentro donde profesionales de la hostelería y visitantes comparten la pasión por la buena comida y bebida en un ambiente auténtico.
4. Anima by EDO
Emplazado en el barrio de Summerlin, Anima by EDO despliega la magia culinaria española a través de pequeños platos repletos de sabor. El chef Oscar Amador Edo, originario de Barcelona, infunde las tapas tradicionales con una audaz visión contemporánea.
Las croquetas de gambas al ajillo, con su exterior crujiente y su interior meloso, son un testimonio de perfección. Su fideuá, cocinada a fuego lento y con el fondo justo de «socarrat», es un deleite que satisface a los puristas del sabor mediterráneo.
El ambiente íntimo del restaurante, con sus tonos azules y maderas cálidas, transporta instantáneamente a las costas de España. Su selecta carta de vinos españoles marida a la perfección con la intensidad de los platillos, sin dejar de ser accesible.
5. The Black Sheep
La esencia de la chef Jamie Tran se manifiesta en cada creación de The Black Sheep, donde los sabores vietnamitas se entrelazan con la gastronomía reconfortante americana de maneras sorprendentes. Ubicado discretamente en un centro comercial al suroeste de Las Vegas, este lugar sin pretensiones ofrece una experiencia culinaria que compite con la de los grandes del Strip.
Los rollitos imperiales con espuma de cangrejo y las costillas de cerdo estofadas con hierbas aromáticas son un claro ejemplo de la habilidad de Tran para fusionar influencias culturales. Su participación en programas televisivos de cocina catapultó su fama, pero los locales ya conocían su genio.
La atmósfera relajada del restaurante contrasta con las técnicas sofisticadas detrás de cada plato. El personal, con su contagioso entusiasmo, guía a los recién llegados a través de la carta con genuina pasión por las invenciones de la chef.
6. Main St. Provisions
Main St. Provisions trae al Distrito de las Artes una propuesta de cocina americana refinada en un ambiente que combina toques industriales con elementos rústicos y cálidos. El chef Justin Kingsley Hall celebra la diversidad gastronómica regional de Estados Unidos con una predilección por la cocción a la leña.
El confit de pato con mermelada de higos es una muestra de su maestría para equilibrar sabores intensos con notas frescas y brillantes. Los asiduos elogian el paté de hígado de pollo con pan tostado y cebolla caramelizada, un aperitivo contundente que encapsula el espíritu del lugar.
Su programa de coctelería es igualmente sobresaliente, con licores de destilerías artesanales e ingredientes preparados en casa. Este restaurante simboliza la transformación del centro de Las Vegas, de un lugar secundario a un destino culinario de peso que merece la pena explorar.
7. Lotus of Siam
Aclamado por muchos críticos como el mejor restaurante tailandés fuera de Tailandia, Lotus of Siam sigue a la altura de su leyenda décadas después. La chef Saipin Chutima, con sus especialidades del norte de Tailandia, ha cosechado premios y una clientela leal que incluye a celebridades y gourmets.
Los camarones crujientes con salsa de tamarindo y el «Khao Soi» (curry de fideos crujientes) exhiben una maestría en texturas y sabores. Su extensa carta de vinos, particularmente los Rieslings alemanes, es el maridaje ideal para la complejidad especiada de sus platos.
Aunque ahora cuenta con dos ubicaciones, el restaurante mantiene su esencia modesta y el calor de su gestión familiar. Los clientes habituales saben indicar su preferencia de picante, pues la cocina no escatima en autenticidad.
8. Michael Mina
Con vistas a las famosas fuentes del Bellagio, el restaurante insignia de Michael Mina eleva los productos del mar a la categoría de alta costura culinaria. El espacio, de una elegancia serena con sus tonos azules y blancos, prepara el escenario para una experiencia gastronómica refinada que fusiona innovación y técnica clásica.
El pastel de langosta, presentado con teatralidad en la mesa, sigue siendo un plato icónico. Su servicio de caviar y la fresca selección de ostras son prueba de la dedicación de la cocina por obtener los ingredientes más selectos del planeta.
Aunque los precios lo sitúan en la esfera de las ocasiones especiales, el restaurante ofrece un menú más accesible en su lounge. El equipo de servicio, de una profesionalidad impecable, anticipa cada deseo, haciendo que hasta los visitantes primerizos se sientan clientes de toda la vida.
9. Bouchon at The Venetian
Thomas Keller trae la auténtica esencia del bistro francés a la décima planta de The Venetian con Bouchon. La luz matutina inunda sus amplios ventanales, revelando la barra de zinc y los mosaicos del suelo que transportan a los comensales directamente a la capital gala.
Los clásicos, ejecutados con maestría, como el pato confitado con lentejas, demuestran cómo la simplicidad se convierte en trascendencia en manos expertas. Sus croissants y pain au chocolat atraen multitudes matutinas, mientras que las cenas, con su tartare de res y ostras frescas, requieren reservación anticipada.
El brunch de fin de semana en el patio-jardín es un oasis de tranquilidad frente al bullicio del casino. La meticulosa atención al detalle del restaurante se extiende incluso a la cesta de pan, con productos de la panadería de Keller que compiten con los de París.
10. Esther’s Kitchen
El chef James Trees bautizó Esther’s Kitchen en honor a su tía abuela, quien fomentó sus ambiciones culinarias, y ese toque personal impregna este favorito del Distrito de las Artes. Su carta estacional celebra la riqueza agrícola de Nevada a través de pastas frescas y pizzas de masa madre.
Las ensaladas de temporada, siempre cambiantes, son una demostración del don de Trees para extraer el máximo sabor de ingredientes sencillos. Su lasaña bolognesa alcanza una cremosidad y profundidad que la distinguen de muchas otras versiones.
El ambiente relajado del restaurante hace que la alta cocina sea accesible, con precios razonables que invitan a visitas frecuentes. El brunch de fin de semana presenta versiones innovadoras de los clásicos matutinos, incluyendo una torrija de panettone que ha ganado una legión de admiradores entre los residentes.
11. Sparrow + Wolf
Sparrow + Wolf, del chef Brian Howard, simboliza la evolución de Chinatown en Las Vegas hacia un serio destino gastronómico. Su imponente horno de leña es el corazón de un menú que fusiona audazmente influencias globales, desde técnicas francesas hasta sabores asiáticos.
Los dumplings de cordero con espuma de romero son un ejemplo de la propuesta transgresora de Howard. Los cócteles de temporada incorporan ingredientes inesperados como frutas ahumadas y hierbas aromáticas, que complementan la intensidad de la comida.
Los asientos en la barra de la cocina ofrecen una vista privilegiada del arte culinario en acción. A pesar de la sofisticación de los platos, el ambiente se mantiene informal y vibrante, con una banda sonora que oscila entre vinilos clásicos y ritmos contemporáneos, según la noche.
















