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La inusferesis: qué es, cómo se aplica y qué enfermedades trata

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La inusferesis es un procedimiento médico extracorpóreo diseñado para filtrar sustancias nocivas de la sangre, como autoanticuerpos, toxinas o lípidos, con el fin de controlar enfermedades autoinmunes, metabólicas o inflamatorias. A diferencia de otros métodos de aféresis, esta técnica utiliza columnas de adsorción específicas para eliminar moléculas patológicas sin alterar significativamente los componentes sanguíneos saludables. Su aplicación se reserva para casos complejos donde tratamientos convencionales resultan insuficientes.

¿En qué consiste la inusferesis?

La inusferesis es una modalidad de aféresis terapéutica que separa el plasma sanguíneo para filtrarlo mediante columnas especializadas. Estas columnas contienen ligandos (moléculas de unión) que capturan sustancias dañinas, como anticuerpos IgG, LDL colesterol o citoquinas inflamatorias. Una vez purificado, el plasma se reintegra al torrente sanguíneo. El proceso es selectivo, lo que reduce el riesgo de eliminar componentes útiles, como factores de coagulación o albúmina.

¿Cómo se realiza el procedimiento?

El tratamiento sigue un protocolo estandarizado:

  1. Acceso venoso: Se coloca un catéter en una vena periférica o central.
  2. Extracción sanguínea: Una máquina de aféresis extrae sangre y la anticoagula.
  3. Separación de componentes: Por centrifugación, se aísla el plasma del resto de la sangre (glóbulos rojos, plaquetas).
  4. Filtrado: El plasma pasa por una columna de adsorción que retiene las moléculas objetivo.
  5. Reinfusión: La sangre tratada se devuelve al paciente.

Cada sesión dura entre 2 y 4 horas, según el volumen plasmático procesado. El número de sesiones varía según la enfermedad: desde ciclos semanales hasta mensuales.

Enfermedades tratadas con inusferesis

La técnica se emplea principalmente en patologías mediadas por sustancias circulantes que no responden a fármacos. La evidencia más actualizada (2023) respalda su uso en:

EnfermedadSustancia removidaEfecto clínico
Miastenia gravisAutoanticuerpos anti-AChRMejora fuerza muscular
Hipercolesterolemia familiarLDL colesterolReduce riesgo cardiovascular
Lupus eritematoso sistémicoAnticuerpos anti-ADNControl de brotes renales
Síndrome de Guillain-BarréAnticuerpos anti-gangliósidosAcelera recuperación neurológica
Vasculitis ANCA-positivasAutoanticuerpos ANCADisminuye actividad inflamatoria
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Ventajas y limitaciones

La inusferesis ofrece ventajas frente a terapias sistémicas:

  • Especificidad: No requiere reposición de plasma donado.
  • Menos efectos secundarios: Comparado con inmunosupresores.
  • Rápida acción: Útil en crisis agudas.

Sin embargo, sus limitaciones incluyen:

  • Costo elevado: Por el uso de columnas especializadas.
  • Acceso limitado: Solo disponible en centros especializados.
  • Efecto temporal: No modifica la producción de sustancias patológicas.

Riesgos y consideraciones

Aunque es segura, pueden presentarse efectos adversos leves:

  • Hipotensión (por reducción de volumen sanguíneo durante el procedimiento).
  • Hipocalcemia (asociada al anticoagulante citrato).
  • Reacciones alérgicas (menos del 5% de los casos).

Se contraindica en pacientes con inestabilidad hemodinámica o trastornos de coagulación no controlados.

Avances recientes

Investigaciones recientes exploran nuevas aplicaciones y mejoras técnicas:

  • Columnas de doble afinidad: Capaces de adsorber múltiples blancos moleculares (ej. citoquinas y anticuerpos).
  • Protocolos combinados: Uso simultáneo con terapias biológicas para potenciar efectos.
  • Dispositivos portátiles: En fase experimental, buscan simplificar el proceso.

Entonces, ¿que cura la inuspheresis? La inusferesis no «cura» enfermedades en el sentido tradicional, ya que no elimina su causa raíz. Sin embargo, controla o reduce temporalmente los niveles de sustancias patológicas en la sangre, aliviando síntomas y frenando el avance de patologías crónicas o agudas. Su uso está respaldado en enfermedades donde moléculas específicas (autoanticuerpos, toxinas, lípidos) son responsables directas del daño orgánico.