‘Odio a mi familia:’ qué hacer si te sientes así
No todas las personas tienen una relación cercana con sus familias, y algunas incluso pueden sentir odio hacia ellas. Esto puede deberse a la tensión generada por la convivencia y el compartir experiencias. Joshua Coleman, PhD, sugiere que la presión social hacia el perdón puede causar culpa y vergüenza cuando alguien no se lleva bien con su familia. Para manejar este sentimiento, puede ser necesario intentar reparar las relaciones o establecer y mantener límites con los miembros de la familia.
Causas de odiar a tu familia
Los factores que llevan a una persona a odiar a su familia o miembros de su familia pueden variar. Los comportamientos tóxicos, el abuso, la negligencia o los conflictos son solo algunos de los factores que pueden generar sentimientos de animosidad. Encontrar formas de comprender mejor las causas de tales sentimientos puede ayudarlo a enfrentar mejor la situación.
En una encuesta de 2015 de adultos del Reino Unido que estaban separados de sus padres, algunas de las causas más comunes de la división incluyen:
- Abuso emocional
- Negligencia
- Valores o personalidades en conflicto
- Diferentes expectativas sobre los roles familiares
- Eventos familiares traumáticos
- Problemas relacionados con problemas de salud mental
Apegos deficientes
Los estilos de apego suelen ser de cuatro tipos. Durante la infancia, es importante desarrollar un apego seguro con los cuidadores porque nos permite sentirnos seguros, queridos y seguros de nuestro lugar en el mundo.
Pero las personas no siempre establecen vínculos saludables con sus cuidadores. Sin embargo, las personas no siempre establecen relaciones de apego sanas con sus cuidadores, sino que pueden desarrollar relaciones marcadas por la ansiedad/ambivalencia, la evitación o la desorganización:
- Si tus cuidadores no eran constantes, puedes desarrollar un estilo ansioso/ambivalente caracterizado por la falta de confianza, una gran ansiedad y malas relaciones interpersonales.
- Si tus padres te rechazaban o despreciaban, puedes desarrollar un estilo de apego evitativo. Esto puede dificultar la formación de relaciones íntimas con otras personas en la edad adulta.
- Si tus cuidadores eran muy incoherentes, alternando a menudo el afecto con el maltrato, puedes desarrollar un estilo de apego desorganizado. Esto puede dificultar la gestión de las emociones, las relaciones interpersonales y la empatía con los demás.
Abuso o negligencia
El odio también puede surgir debido al abuso o negligencia que haya experimentado. Puede llevarlo a odiar a la persona que perpetró el abuso, pero es posible que no le agraden o sienta resentimiento hacia los otros miembros de su familia que participaron o actuaron como espectadores.
Incluso si otros miembros de la familia actuaran por miedo o por un sentido de autoconservación, aún puede provocar sentimientos de ira y tensión.
Límites pobres
La ira y el odio también pueden provenir de la falta de límites apropiados en las relaciones con su familia. Ejemplos de límites deficientes en las relaciones familiares incluyen:
- No tratar a los miembros de la familia como individuos
- No respetar la privacidad de los miembros de la familia.
- Usar la manipulación o los viajes de culpa para controlar el comportamiento
- Ignorar sentimientos o emociones
- Exigencias irrazonables
- Control excesivo
- Comparación o crítica constante
Todos tienen derecho a sus propios límites. Son importantes para tu propia salud mental y te ayudan a definir con qué te sientes cómodo, cómo quieres que te traten otras personas y qué estás dispuesto a aceptar en una relación.
Coleman señala que a veces surgen conflictos y sentimientos de disgusto porque los padres a veces dependen de sus hijos para sus necesidades sociales. En lugar de pasar tiempo con su cónyuge o amigos, los padres esperan altos niveles de participación e intimidad de sus hijos adultos, lo que puede entrar en conflicto con los límites, la privacidad y la independencia de una persona.
Valores diferentes
Las personas también pueden desarrollar sentimientos de ira o resentimiento cuando tienen valores u objetivos muy diferentes a los de sus familiares. Estos desacuerdos pueden resolverse en la política o la religión, pero también pueden involucrar cosas como cómo elige pasar su tiempo, con quién tiene relaciones, cómo cría a sus propios hijos o incluso cómo gasta su dinero.
Es posible que no le gusten los miembros de la familia que no aceptan o no apoyan su vida y sus elecciones.
Signos de relaciones familiares tóxicas
Cuando tiene relaciones tóxicas con personas de su familia, puede hacer que se sienta amenazado física, emocional o psicológicamente. Los miembros tóxicos de la familia a menudo son la raíz de las malas relaciones, por lo que no es sorprendente que puedan hacer que no te gusten o te odien.
Aprender a reconocer los signos de relaciones tóxicas puede ayudar a comprender mejor las razones por las que no le agrada su familia. Las personas tóxicas tienden a dejarte sintiendo:
- Irrespetado: Siente que los miembros de la familia no respetan sus necesidades.
- Explotado: Los miembros tóxicos de la familia a menudo tienen altas expectativas pero no devuelven el favor.
- No admitido: Estas relaciones te hacen sentir que las personas más cercanas a ti no conocen tu verdadero yo y no están dispuestas a respaldarte cuando las necesitas.
- Incomprendido: Las personas tóxicas hacen poco esfuerzo por entenderte como individuo.
- Negativo: Estas personas a menudo sacan a relucir tus peores cualidades y te dejan sintiéndote negativo sobre los demás o el mundo en general.
- Culpado: Cuando las cosas no salen según lo planeado, los miembros tóxicos de la familia pueden echarle la culpa y negarse a asumir la responsabilidad de sus propias acciones.
Preste atención a cómo le hacen sentir estos comportamientos y cuándo suceden con más frecuencia. Aprender a reconocerlos puede ayudarlo a buscar formas de afrontar la situación.
Como hacer frente
¿Cómo puedes afrontar estos sentimientos? Puede ser particularmente difícil lidiar con la situación cuando vive o tiene un contacto cercano con miembros de la familia que no le agradan.
Ya sea que viva con su familia o que tenga un contacto limitado, es esencial encontrar formas de proteger su espacio y su bienestar mental.
Reconozca sus sentimientos
Esfuérzate por aceptar cómo te sientes sin juzgarte por las emociones que estás experimentando. No puedes elegir a tu familia. No se culpe por no sentirse cercano a las personas que no le agradan. En su lugar, esfuércese por practicar la autoaceptación y luego determine qué puede hacer para controlar estos sentimientos o mejorar las relaciones que lo hacen infeliz.
Puede ser útil encontrar formas de aceptar sus sentimientos sin juzgarlos. Aceptar tus emociones significa permitirte sentir cosas sin tratar de reprimir u ocultar la emoción, incluso cuando sea difícil o dolorosa. Al aceptar las emociones, puede encontrar formas más saludables de afrontarlas y disminuir la ansiedad, el estrés, el miedo y la tristeza que a menudo acompañan a esos sentimientos.
Decidir cómo proceder
No todas las relaciones se pueden salvar o incluso vale la pena preservar. Hay ocasiones en las que el tratamiento de un miembro de la familia puede ser directamente dañino, como en los casos en los que hay abuso o cuando un miembro de la familia odia a usted oa otros seres queridos debido a su orientación sexual, raza o religión. En estos casos, a menudo es esencial cortar los lazos de forma temporal o permanente con esa persona.
Si todavía vive con su familia, este paso a menudo requiere planificación y consideraciones prácticas. Las finanzas, la vivienda, la mudanza y otros factores son todas las cosas que necesitará planificar si desea crear una separación física y obtener una mayor privacidad e independencia.
Reparar relaciones
Sanar las relaciones malsanas con los miembros de la familia es una opción si la relación es valiosa para usted y cree que puede restablecerse la confianza, la comunicación y los sentimientos positivos. Sin embargo, requiere el compromiso de todos los implicados. No debes sentirte presionado para reprimir tus sentimientos o reconciliarte si no estás preparado. Stand Alone, una organización con sede en el Reino Unido, sugiere que tomarse tiempo para procesar las emociones dolorosas es crucial. A menudo es mejor dar espacio a las personas para que se recuperen antes de intentar la reconciliación. Si quieres mejorar tus relaciones con los miembros de tu familia, considera la posibilidad de probar la terapia familiar. Con la ayuda de un terapeuta, puedes mejorar la comunicación y adquirir conocimientos que te ayuden a sentirte mejor en esas relaciones.
Establecer límites
Establecer límites claros con los familiares que causan estrés puede mejorar la individualidad dentro de la familia, aunque puede ser difícil, ya que a menudo aprendemos sobre límites de la familia misma. Puede ser complicado identificar límites poco saludables si son la norma para uno. Según Love Is Respect, un recurso enfocado en prevenir relaciones tóxicas, prestar atención a las emociones en distintas situaciones puede ayudar a reconocer los límites personales. Para mantener relaciones familiares saludables, conviene establecer límites en las interacciones, como limitar encuentros o evitar ciertos temas conflictivos. Esto puede hacer que uno se sienta más empoderado y en control de su relación con su familia.
Mantenga su privacidad
Las tácticas como separarse de la situación o mantener intencionalmente los detalles de su vida en privado pueden ayudar. Si los miembros de la familia se entrometen en su vida o usan las cosas que aprenden en su contra, busque formas de cambiar de tema cuando surjan ciertos temas. Cuando sea necesario, sea directo y simplemente diga que prefiere no hablar sobre el tema.
Haz las paces con tu elección
Cada persona puede enfrentar la difícil decisión de cortar relaciones con miembros de su familia, lo cual es un paso serio que suele requerir tiempo y reflexión. La separación familiar es relativamente común; un estudio mostró que un 43,5% de los encuestados estaba distanciado de algún miembro de la familia extendida y casi un 17% de su familia inmediata. Buscar apoyo de amigos o profesionales de la salud mental puede ser clave para manejar la situación. La reconciliación tras un distanciamiento puede ser desafiante, y muchos hijos adultos no ven posible una relación funcional con sus padres después de una separación. A pesar del estrés que puede generar, cortar lazos familiares también puede tener efectos positivos, como sentirse más fuerte e independiente, algo que el 80% de las personas que tomaron esta decisión experimentaron.
Lidiar con la sensación de que su familia no le agrada puede ser muy complicado. Para manejarlo, es útil cultivar relaciones sociales fuera del núcleo familiar y así crear un apoyo más sano y obtener otra perspectiva. Distanciarse, establecer límites y trabajar en mejorar las relaciones dañinas son tácticas que pueden favorecer la salud mental. A veces, lo mejor es disminuir o terminar el contacto con familiares tóxicos. Si estas situaciones causan malestar emocional, ansiedad o depresión, es importante buscar ayuda profesional. Iniciar conversaciones con un terapeuta o considerar la terapia en línea son opciones recomendables.