Descubre la magia culinaria de la región suroeste de Estados Unidos. Más allá de sus paisajes impresionantes, hallarás restaurantes de carretera que ofrecen sabores auténticos e inolvidables. Prepárate para un recorrido gastronómico por estos tesoros escondidos.
1. Milt’s Stop & Eat (Moab, Utah)
Desde 1954, Milt’s Stop & Eat es un ícono en Moab. Su ventanilla de pedidos puede parecer sencilla, pero sus hamburguesas de búfalo ofrecen un sabor que supera cualquier expectativa.
Los locales hacen fila para disfrutar de sus papas fritas artesanales y batidos cremosos, que evocan otra época. La atmósfera sin pretensiones realza su encanto: sillas de plástico, mesas de picnic y una cocina enfocada en la calidad.
2. Delgadillo’s Snow Cap Drive‑In (Seligman, Arizona)
El humor es el ingrediente principal en este punto clave de la Ruta 66, construido con restos de madera y un Chevy de 1936 cortado a la mitad. Desde 1953, Delgadillo’s Snow Cap Drive-In ofrece risas y «hamburguesas con queso… ¡con queso!», convirtiéndose en una experiencia americana esencial.
Letreros de neón, placas de matrícula vintage y bromas en las puertas crean el ambiente perfecto para disfrutar de comida deliciosa. Sus hamburguesas con chile verde y malteadas artesanales ofrecen sabores genuinos.
3. Rock Springs Café (Black Canyon City, Arizona)
Ubicado en un edificio centenario con vigas de madera rústicas y encanto pionero, este café histórico ha satisfecho a los viajeros desde la época de las diligencias. El pastel de nuez con Jack Daniel’s es la estrella: una obra maestra dulce y con un toque de licor que vale la pena el viaje desde Phoenix.
Quienes lo visitan por la mañana pueden descubrir platos de desayuno abundantes con cerdo en chile verde que resaltan los sabores auténticos del suroeste. El café se siente como un viaje al pasado de Arizona, con recuerdos de la minería decorando las paredes y camareros amables que te tratan como a familia.
4. Buckhorn Tavern (San Antonio, Nuevo México)
La legendaria hamburguesa de chile verde de Bobby Olguin puso a San Antonio en el mapa culinario tras derrotar a Bobby Flay en un desafío televisado. Este edificio de bloques de cemento alberga un paraíso de hamburguesas donde cada una se cocina a la perfección en una plancha bien sazonada.
Los amantes del picante disfrutarán de los chiles Hatch recién asados que cubren la jugosa carne con el equilibrio perfecto de especias y sabor. Placas de matrícula antiguas y fotografías descoloridas adornan las paredes, contando historias de décadas sirviendo a viajeros.
5. Owl Bar & Cafe (San Antonio, Nuevo México)
No muy lejos de su rival Buckhorn se encuentra otra institución de hamburguesas de chile verde con su propia legión de seguidores. Fundado en 1948, el exterior desgastado de Owl Bar & Cafe no revela la explosión de sabor que espera dentro de su creación estrella.
El secreto reside en su parrilla, sazonada por décadas de hacer hamburguesas, y cubierta con chiles Hatch de origen local que cambian su nivel de picante con cada temporada de cosecha. Los puestos de madera originales han alojado a todo el mundo, desde vaqueros hasta científicos del cercano White Sands.
Su salsa casera es el acompañamiento perfecto para hamburguesas que no han cambiado en generaciones.
6. Diablo Burger (Flagstaff, Arizona)
La sostenibilidad se une a los sabores del suroeste en esta versión moderna de la hamburguesería clásica. Cada hamburguesa proviene de carne de res de pastoreo y crianza local sin antibióticos ni hormonas, y se puede sentir la diferencia en cada bocado.
Su hamburguesa DB House llega marcada con el logo del restaurante en un panecillo inglés tostado en lugar de un bollo estándar. Ingredientes creativos como chiles Hatch, queso de cabra local y pesto casero elevan estas hamburguesas más allá del territorio de la comida rápida.
Las mesas comunales fomentan la conversación en su ubicación en el centro.
7. Storm’s Drive‑in (Lampasas, Texas)
El mismísimo Elvis Presley solía frecuentar este restaurante durante sus días en Fort Hood, a menudo pidiendo sus famosas hamburguesas de triple carne. Fundado en 1873, el atractivo nostálgico de Storm’s Drive-In proviene tanto de su historia como de la comida casera consistentemente deliciosa que no ha cambiado en décadas.
Los camareros aún entregan bandejas a los vehículos en el estacionamiento, trayendo batidos de fresa lo suficientemente espesos como para requerir cucharas. La rocola reproduce clásicos mientras los clientes habituales charlan en el mostrador, creando una atmósfera sacada directamente de American Graffiti.
8. 66 Diner (Albuquerque, Nuevo México)
Luces de neón y cromo brillan en este paraíso retro que celebra la nostalgia de la Ruta 66 de manera espectacular. Originalmente una gasolinera Phillips 66 de la década de 1940, hoy sirve comida americana clásica con toques de Nuevo México que hacen que los lugareños regresen.
Su pastel de carne con chile verde transforma un plato humilde en algo extraordinario, mientras que el revuelto de desayuno Pile-Up cura cualquier resaca de viaje. Las camareras con faldas de caniche entregan porciones enormes junto a paredes decoradas con carteles antiguos de Coca-Cola y recuerdos de la década de 1950.
Guarda espacio para sus famosos batidos servidos en tazas de metal heladas.
9. Jerry’s (Weatherford, Oklahoma)
Los viajeros cansados encuentran consuelo las 24 horas en esta institución de la Ruta 66 desde la época dorada de la carretera. A diferencia de los restaurantes más llamativos que atienden a los turistas, Jerry’s mantiene su auténtico encanto de pueblo pequeño con puestos desgastados y clientes habituales que han estado comiendo el mismo desayuno especial durante décadas.
El bistec frito de pollo llega cubierto de salsa de pimienta hecha desde cero cada mañana. El café sigue fluyendo mientras camioneros, lugareños y viajeros comparten espacio en el mostrador en esta experiencia gastronómica democrática.
Sus pasteles caseros tienen cortezas escamosas que las abuelas aprobarían.
10. Bisbee Badassery (Bisbee, Arizona)
Ubicado en un edificio convertido de la época de la minería en esta peculiar antigua ciudad minera, Bisbee Badassery sirve actitud junto con comida reconfortante creativa. El interior industrial-chic presenta arte local y artefactos mineros, creando el telón de fondo perfecto para su menú innovador.
Su hamburguesa Badass viene cubierta con chiles verdes, mermelada de tocino y un huevo frito que crea un delicioso desastre que vale la pena cada servilleta. Los visitantes de la mañana elogian los burritos de desayuno con chorizo lo suficientemente grandes como para alimentar un día de exploración de las calles históricas de Bisbee.
Cervezas artesanales locales completan la experiencia en esta joya escondida.