10 Verdades Relacionables Sobre Ser Soltero Que Nadie Comenta
He observado a mis amigos emparejarse desde que tengo memoria. Primero en el colegio, después en la universidad, y ahora, ya de forma permanente. Mientras tanto, yo he permanecido soltera. Tal vez por timidez o por inseguridad, pero me acostumbré a mi papel como la «soltera» — e incluso llegué a estar bien con ello.
Siendo introvertida, no solo disfruto de mi tiempo a solas, lo necesito. Sin embargo, en algún momento, dejé de ser simplemente soltera y comencé a sentirme sola. La mayoría de los días soy ambas cosas. Ahí está, lo dije: «me siento sola». Y por mucho que intenten mis amigos emparejados comprenderme, parece que no entienden lo que significa observar a los que están a mi alrededor enamorarse. No saben lo que es sentirse así.
1. No eres la prioridad de nadie
Entre novios, parejas e hijos, siempre hay alguien más importante en la lista de prioridades. No tengo a esa persona con la que compartir los detalles cotidianos de mi vida al final del día. Así que reparto esos momentos entre amigos y familiares, a veces compartiendo de más solo porque necesito que alguien valide mi existencia.
No digo que esté mal que no sea la prioridad (por supuesto, la familia debe estar primero). Pero para quienes frecuentemente estamos solos, a veces sería agradable ser la primera opción, aunque sea durante un día.
2. El contacto físico es cosa de otros
Cuando no formas parte de una pareja y vives sola, el contacto físico tiende a desaparecer. Y no solo hablo de caricias íntimas. Me refiero a esos toques cotidianos y casi sin pensar.
La semana pasada, me di cuenta de que llevaba meses sin ser tocada por otra persona. Por mucho que valoro y necesito mi tiempo a solas, no hay nada más aislante que darse cuenta de que nadie te ha tocado en más de un mes. Los humanos necesitamos afecto; un estudio del 2020 muestra que el contacto físico reduce sentimientos de soledad y depresión.
3. Los celos son reales y feos
No quiero ser una persona celosa. No me gusta ser celosa. Pero cuando la soledad se vuelve abrumadora, no puedo evitarlo. Me da celos ver que otros tienen a alguien con quien volver a casa, que tienen ese contacto cotidiano que ellos parecen disfrutar sin pensar.
4. Existe un dolor físico asociado a la soledad
No es algo que se sabe hasta haberlo vivido, y es difícil de explicar. Pero duele estar sola. Es una opresión en el pecho, una pesadez que no se puede sacudir, un anhelo que solo puede aliviarse con el toque de otra persona. La soledad duele, como un estudio ha confirmado.
5. Ser el «tercero» no es agradable
No importa cuánto me guste la pareja de mis amigos (y, de verdad, son geniales), no quiero ser la que sobra. Aunque algunos digan que hay ventajas en ser el «tercero», una parte de mí se muere cada vez que tengo que sonreír forzadamente y bromeo con el mesero sobre compartir la cuenta: «dos, dos, y yo. Solo yo.»
6. La amistad no siempre es suficiente
Esto es difícil. Tengo un grupo de amigos y familiares excepcional, pero por más que quiero que sean suficientes (y por más que ellos lo deseen), no lo son. He intentado con todas mis fuerzas que lo sean, pero es como forzar una pieza de rompecabezas en un lugar que no le corresponde. Puedes intentar y intentar, pero nunca encajará del todo.
7. Puede parecer que todos tienen pareja
O tal vez solo se siente así cuando no tienes pareja. Desde mi perspectiva, en todas partes veo parejas. Incluso los eventos suelen estar orientados a ellos. ¿Alguna vez has intentado cocinar para uno? No es nada fácil.
8. El pasto no siempre es más verde
Deja de decirme cuánto desearías tener paz y tranquilidad, o una noche donde nadie te moleste. Porque eso no es de lo que estoy hablando. Hay una diferencia profunda y esencial entre «tiempo a solas» y «sentirse solo». Comparar ambos o idealizar lo que considero doloroso subestima mis sentimientos y hace que te odie un poco.
9. Ser soltero no siempre es una «elección de vida»
Muchas personas eligen estar solteras. Nadie elige sentirse solo. Ese es parte del problema. No pedí esto. No quiero esto. Pero no es algo que pueda solucionar sola.
10. No todos lo entienden
Es un poco como formar parte del «Club de los Padres Falecidos». (Por favor, bajen los garrotes y permitan que explique.) Hasta que pierdes a tu papá, no sabes lo que es. Puedes simpatizar y pensar: «Oh, eso es horrible», pero no puedes empatizar.
Y lo mismo es cierto para la soledad. A menos que lo hayas vivido — a menos que sepas qué es la verdadera y profunda soledad — no lo entiendes. Y, bueno, eso solo hace que todo sea aún más solitario, ¿no es así?
